RAFAEL ZABALETA EN EL HOMENAJE A ANTONIO MACHADO.

Este artículo se publicó en la "Revista de Información y Cultura" de Quesada (Jaén) con motivo de la Feria y Fiestas de 2011.


Es bien conocida la afición de Rafael Zabaleta a la literatura, y muy especialmente a la poesía. Cesáreo Rodríguez Aguilera  escribió: «Vive en Madrid los años de efervescencia intelectual de la Dictadura de Primo de Rivera. Asiste a la tertulia del café Pombo, donde Ramón Gómez de la Serna pontifica; conoce a Federico García Lorca, de quien le asombra su conversación apasionada […] Observa todo este mundo a distancia y con silencioso respeto. Sus lecturas le llevan a los clásicos, a los hombres del 98, a Antonio Machado y a Miguel Hernández, a los poetas surrealistas franceses…»[1]

En años posteriores a los que hace referencia Rodríguez Aguilera, una vez que Zabaleta es un pintor conocido y reconocido en Madrid y que su relación con la intelectualidad y el mundo del arte se ha ampliado notablemente, sigue observando el mundo de la literatura con el mismo respeto, pero no tan a distancia, sino con una notable implicación personal.

Recientemente[2] dimos a conocer la relación personal del pintor quesadeño con Miguel Hernández y analizamos la afinidad temática y emocional de ambos creadores. En el presente artículo nos referiremos a otro poeta leído y admirado por Rafael Zabaleta: Antonio Machado.

Los herederos del pintor, D. José María Castaño Fredes e hijos, conservan la invitación que recibió de la comisión organizadora del Homenaje a Antonio Machado celebrado en Francia (Collioure y París) en 1959 con motivo del vigésimo aniversario de la muerte del poeta. Zabaleta no viajó a Francia con tal motivo, pero sí participó personal y activamente en el homenaje que se organizó en Segovia el 22 de febrero de 1959 para aquellos españoles que no pudieron desplazarse a Collioure. Así se desprende de una crónica mecanografiada que hemos consultado en el Archivo del Partido Comunista de España en Madrid[3], y en la que se lee lo siguiente:

EL ACTO DE SEGOVIA EN HOMENAJE A ANTONIO MACHADO
Ayer día 22 se celebró en Segovia un homenaje en la casa en que vivió el maestro en la época en que fue profesor del Instituto de Segunda enseñanza de dicha ciudad.
Un grupo muy numeroso de intelectuales y artistas a cuya cabeza figuraban D. Ramón Menéndez Pidal, Presidente de la Real Academia, y D. Gregorio Marañón, firmaban el llamamiento dirigido a todos los españoles que queriendo adherirse al homenaje no pudieron desplazarse a Collioure, para que lo hicieran a Segovia.
En la Plaza de San Esteban, en Segovia, comenzaron a congregarse hacia las 11 de la mañana del día 22 que resultó espléndido por todos los conceptos. Hacia las 12 y media ya había una considerable multitud. Vinieron varios autocares desde Madrid, particularmente con estudiantes universitarios. Otros muchos llegaron en tren. Algunos en coches particulares, y otros ya estaban en Segovia desde el día anterior. Entre la multitud se distinguió pronto a Dionisio Ridruejo, Pedro Laín Entralgo, Buero Vallejo, Alfonso Sastre, Gabriel Celaya, Ángela Figuera, Zabaleta, Clavo, etc. etc.
Hacia la una de la tarde comenzó la multitud a desplazarse plaza abajo hasta la casa en que moró D. Antonio Machado. Esta gran multitud que no bajaría probablemente de las 1.500 personas, quedó agolpada ante la puerta. Poco después se pudo pasar al patio central de la casa, donde habría de transcurrir el acto. Ya dentro, cuando la gran multitud logró entrar, comenzó el acto …

Fragmento citado de la crónica del P.C.E.

La convocatoria de esta concentración segoviana se refería con emoción a «la iniciativa de un amplio grupo de intelectuales franceses que, anticipándose a nuestro deseo y a nuestro deber, se propone rendir homenaje a Machado —y por él al silencioso pueblo español— un homenaje de exaltación y solidaridad, reuniéndose en torno a la tumba de Collioure, donde las cenizas del poeta esperan el día en que puedan volver a fundirse con su tierra madre y recibir en ella el homenaje que los españoles debemos a nuestro poeta. Homenaje de hombres libres, reunidos en su memoria y solidarizados en el “duelo de trabajos y esperanzas” que él desearía.»

Rafael Zabaleta también aparece entre los firmantes de dicha convocatoria, un nutrido grupo de escritores, intelectuales y artistas: «Ramón Menéndez Pidal, Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala, Carlos Riba, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Laín Entralgo, Daniel Vázquez Díaz, Joaquín Garrigues, Camilo José Cela, Luis Felipe Vivanco, Gabriel Celaya, Antonio Buero Vallejo, Luis Rosales, Dionisio Ridruejo, José Luis Aranguren, Julián Marías, Enrique Tierno Galván, María Manent, Salvador Espriu, Fernando Chueca, Rafael Lapesa, Faustino Cordón, Juan Manuel Díaz Caneja, Benjamín Palencia, Rafael Zabaleta, Jorge Oteiza, José Romero Escassi, José Hierro, Eugenio de Nora, Blas de Otero, José Caballero Bonald, Fernando Baeza, Alfonso Sastre, Jesús y Francisco Fernández Santos, Rafael Sánchez Ferlosio, Ignacio Aldecoa, José María Moreno Galván, Francisco García Pavón, Alfredo Mañas, Julio Caro Baroja, Juan Antonio Bardem, Luis García Berlanga, Juan Goytisolo, …»

El homenaje se celebró «bajo un clima de semiclandestinidad, con fuerte vigilancia policial e intentos de provocación de una centuria falangista. […] La censura se encargó de silenciar el acto y, para contrarrestarlo, se organizó otro en Soria, el mismo día y a la misma hora, encabezado por el falangista Muñoz Alonso.»[4].

Jesús González de la Torre[5] aporta detalles significativos de ese “clima de semiclandestinidad”: «Acto de gran importancia política y cultural, los escritores, pintores o científicos acudieron a la convocatoria segoviana; el diario Le Monde habló de más de mil asistentes. Nunca la ciudad del Acueducto reunió tantas personas del mundo de la cultura en nombre de la libertad. El acto demostraba que en nuestro país algo comenzaba a moverse. […] Perico, popular camarero del, entonces, conocido café La Suiza nos dice “¡qué habéis hecho! Todos esos que están escondidos en los soportales, son policías.” […] El acceso a la vivienda de D. Antonio no fue fácil, pues la casa estaba rodeada por la brigada social y en su interior permanecían personas afines al gobernador que habían tomado las habitaciones de la casa para leer poemas del poeta […] El acto fue un éxito desconocido en la ciudad […] Habló Dionisio Ridruejo y se leyeron versos de don Antonio. Todo se iba desarrollando suavemente pero cuando se escuchó aquello de “Y es hoy aquel día de ayer. …Y España toda / con sucios oropeles de carnaval vestida / aún la tenemos: pobre y escuálida y beoda; / mas hoy de un vino malo: la sangre de su herida” [6], comenzó a notarse cierta tensión. Mediado el acto se había presentado un grupito de falangistas jóvenes dispuestos a madrugar y unirse al homenaje. Alguien gritó: ¡los fascistas a Soria! Era de temer lo peor. Pero los tiempos no eran ya los de antaño y, como en el famoso epigrama, “fuéronse y no hubo nada”.»

Un marcado carácter político subyacía sin duda en el merecido homenaje a D. Antonio Machado, como se desprende del propio texto de la convocatoria, de las circunstancias que rodearon la celebración del acto o del titular que aparece en la colaboración de Dionisio Ridruejo para el diario francés Le Monde: «En commemorant l'anniversaire de la mort d'Antonio Machado l'elite intellectuelle espagnole manifeste contre Franco»[7]. Del ambiente que se creó en Segovia aquel 22 de febrero da testimonio un buen amigo de Rafael Zabaleta, Luis Felipe Vivanco, que refleja sus emociones en estas palabras: «La tarde superó a la mañana en belleza e intensidad de luz. Laderas de nieve y laderas de carrasca. ¡Hermosa tierra de España! Al llegar al puerto del León salió la luna. Don Antonio, liberal y republicano toda su vida, murió al mismo tiempo que la segunda República. Viva la República».[8]

Los datos expuestos no solo confirman la relación de Rafael Zabaleta con los principales representantes del arte y de la cultura, bien estudiada y documentada, sino que nos revelan también otro aspecto menos conocido de su personalidad: una actitud decidida contra la dictadura. Participar en calidad de convocante y de asistente en un acto como el de Segovia no era, en 1959, tan cómodo ni tan seguro como lo sería actualmente; acredita, además de una gran sensibilidad poética, una importante dosis de valentía y de compromiso.





[1] Rodríguez Aguilera, C.: R. Zabaleta, Servicio de Publicaciones del M.E.C., Madrid, 1971. Páginas 11-12.

[2] Conferencia “Rafael Zabaleta y Miguel Hernández, cara a cara” a cargo del autor de este artículo, organizada por el Ilustre Ayuntamiento de Quesada y celebrada en el Museo Zabaleta en julio de 2010. Homenaje a Josefina Manresa y Miguel Hernández celebrado el 26 de febrero de 2011, también en Quesada, con asistencia de la familia del poeta.

[3] Archivo del Partido Comunista de España, Madrid, caja 127.

[4] Muñoz Soro, J. y García Fernández, H.: «Poeta rescatado, poeta del pueblo, poeta de la reconciliación: La memoria política de Antonio Machado durante el Franquismo y la Transición». Hispania, 2010, vol. LXX, nº 234, enero-abril, págs. 137-162.

[5] González, J.: «El Homenaje a Machado en Segovia en el año 1959». El Adelantado de Indiana, 2007, nº 7, diciembre.

[6] Son cuatro versos del poema de Antonio Machado titulado A una España joven, que empieza así: “Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España toda, / la malherida España, de carnaval vestida / nos la pusieron, pobre y escuálida y beoda, / para que no acertara la mano con la herida. / Fue ayer; éramos casi adolescentes; era / con tiempo malo, encinta de lúgubres presagios …”

[7] Ridruejo, D.: «En commemorant l'anniversaire de la mort d'Antonio Machado l'elite intellectuelle espagnole manifeste contre Franco», en Casi unas memorias , Planeta, Barcelona, 1976. Página 365.

[8] Recogidas por Jesús González de la Torre. Véase nota 5.




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